Tú. Sí, tú. No hagas como que el tema no va contigo. Seguro que has pasado días enteros con un juego. No pasa nada. No tienes de qué avergonzarte. Todos tenemos uno o dos videojuegos, de esos que nos absorben energías y roban las almas. Pero que conste que no es malo. No siempre.
Robavidas o robaalmas, lo mismo da
El fenómeno del juego robavidas, ese juego que monopoliza durante un tiempo nuestro ocio, tiene mucho mito y, por qué no decirlo, mucho prejuicio también. Evidentemente, cuando surge el término, siempre hay alguien que recuerda que Everquest quedó rebautizado para los restos como Evercrack, y surgen entonces las historias de quien perdió el trabajo, la novia y la dignidad, entre otros, por el jueguecito de las narices.
Hace unos días, uno de los componentes de Ze[h]n Games, @RaulFactory, publicaba el siguiente tweet:
Pues sí, el buen hombre se despedía de todos, porque lo que tenía entre manos le iba a apartar del mundo de los vivos, muy a gusto eso sí.
¿Qué juego?
Un manager de fútbol.
No parece un candidato a aparecer en las noticias de Antena 3 o Telecinco entre titulares sensacionalistas y gestos compungidos. ¿Se imaginan a Piqueras? Vale, no demos ideas.
Cualquier juego puede ser un robavidas
De hecho, los juegos deportivos son bastante robavidas, da igual que sean simuladores o arcade. Poco importa si son de llevar campañas, datos, lesiones, jugadores que se van de fiesta de Halloween, o bien si son estilo Tecmo World Cup. Ambos subgéneros son de los que crían jugadores que no se rigen por calendario lunar existente, sino por vueltas y/o temporadas que llevan dándole a alguno de estos juegos. Sin ir más lejos, el que escribe estas inconexas líneas se pasó no pocos años con el modo Season del genial Sensible World of Soccer en Amiga. Discos y discos de partidas de estadísticas y de repeticiones de goles, oiga. Son cosas que no se olvidan, además. Recientemente, al tener noticia este plumilla de que siguen apareciendo parches con competiciones y nombres actualizados para Amiga y PC, apareció un incontenible temblor de manos. Lo mismo le pasó a ciertos usuarios al saber que PC Fútbol resucitaba, de aquella manera, en forma de FX Fútbol.
En realidad, cualquier juego puede ser un robavidas en sí mismo. No siempre tiene que ser un FPS, un wargame, o un MMORPG creado con el propósito de no dejarnos levantarnos de la silla en meses. Es verdad que hay juegos especialmente pensados para ser robavidas, pero si hiciéramos una encuesta entre el respetable, seguro que habría más de una sorpresa.
¿Por qué? Porque, en muchas ocasiones, el juego robavidas no nos viene hecho así: nosotros lo hacemos un robavidas.
Si ese juego se deja, es un robavidas
No todos tenemos la misma pericia, ni todos los juegos se nos dan especialmente bien, ni tienen que gustarnos todos los géneros habidos. Puede que alguno de nosotros, mortales que no dominamos cualquier título que se nos ponga por delante, por su propio diseño o por mera intervención de la diosa fortuna, nos topamos un día con ese juego que podemos manejar. O sea, no acabárnoslo en la primera partida, pero sí en menos tiempo del esperado. Y le damos una vuelta. Y otra. Y otra más. Y así, hasta que no podemos prescindir de ese juego que hemos podido acabarnos, e ir descubriendo todos sus secretos. Ya tenemos juego robavidas. ¿Ven? Solo hacía falta que se dejara coger el tranquillo; hay juegos que, sin ser maravillas, ni mucho menos memorables, fueron accesibles, y eso era justo lo que necesitábamos.
Empieza entonces el festival de desafíos caseros. A falta de modos nuevos y de replay value, porque ya no queda rincón u opción alguna por explorar, los creamos nosotros mismos. Y sí, muchos de esos desafíos son inconfesables, o al menos confesables con copas de por medio, para que el jolgorio solape la vergüencilla: fases que te pasas con una mano en el mando y la otra en la espalda, a contrarreloj -apuntando los tiempos en una libreta que atesoras como oro en paño, como si fuera la de Adrian Newey-, fases que te pasas sin dar un solo disparo, o saltando todo el rato como una rana, etc.
Otro caso típico de juego robavidas se da en aquellos cuya consola tiene pocos juegos durante un tiempo, o bien la economía les permite una o dos alegrías al año; en esos casos, existe casi obligación de exprimir hasta la última gota el juego de marras. Otro tanto sucede con los que son de gustos, no ya refinados, sino muy reducidos; esos que solo juegan un tipo de juegos. Sí, a todos nos ha venido a la mente el de los simuladores de vuelo. Pues lo mismo en ese caso.
Busca tu robavidas
Ese juego robavidas puede ser el mejor del mundo, o uno normalito; uno de rol o uno de tenis; un AAA o uno de los que te encuentras en el cajón de Todo a 2,99 del Media Markt. Y todos tenemos un juego que, alguna vez en la vida, nos lo ha robado todo, como el bribón que le birló la parienta a Perales. Solo que nosotros no lo lloramos. No de tristeza.
.. y tú, ¿qué juego ha sido o es tu robavidas?
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